e l olvido cláusula de copyright copyright e – books www.copyright.limited.to [email protected] el amane

E l olvido

Cláusula de Copyright
Copyright e – books
www.copyright.limited.to
[email protected]
El amanecer sobreviene en Villa Achala como en cualquier otra parte.
Un cielo de ocres y amarillos débiles. El calor en Enero no es cosa
común; se hace sentir pasadas las diez. Ramiro se levantaba siempre
entre ambos. No le seducían ya los tintes dorados; tampoco la picazón
del cuerpo bajo la tórrida insolación mañanera. Pero ese día se
levantó mucho más tarde. Raro en él. Clementina -su concubina- se
extrañó. Cierto es que quiso despertarlo a las 8:45, pero la sonrisa
dibujada en el rostro de su amado le convenció de hacer todo lo
contrario. Así fue como por vez primera en veinte años, tuvo que
arreglárselas sola con el mate.
-¿Que le estará pasando al Ramiro? –se interrogó.
-¿Le habrá agarrado la fiebre?. Enseguida se percató de lo peor.
-Seguro que anduvo de copas anoche. -y agregó mascullando la bombilla:
-¿Con quién se habrá encamado el muy cretino?.
Era domingo. El pueblo estaba cristalino. Nadie transitaba la calle
principal hacia la iglesia. Ésta se había quemado con un puñado de
beatas dentro. Hacía ya una semana de la tragedia. Desde entonces los
caminos de la fe se habían desviado al pueblo vecino de San Ignacio.
Viendo por la ventana de la cocina, Clementina percibió que nunca más
habría de haber iglesia en Villa Achala. Hasta llegó a pensar que el
cura enviado en Diciembre -para reemplazar al que se había muerto de
viejo en Noviembre- era un falso cura. Se comentaba que él mismo había
sido quién la había incendiado, quizá por no haberle gustado el
destino que le había tocado en suerte. Echó una mirada a la
habitación. Ramiro se había dado vuelta hacia la izquierda. -Por lo
menos se mueve- se consoló. Iba a cambiar la yerba cuando de repente
retumbaron las palmas en el portón de la casa.
-¿Quién será a esta hora? -se preguntó con preocupación. Es que nada
bueno podía suceder con un sol tan altivo.
-¡Clementina! -se oyó del otro lado. -Soy yo, Anastasia.
¡Anastasia! -repitió Clementina en el umbral de la puerta reseca-.
Pero pase de una buena vez. -le espetó amablemente y añadió: ¿Para que
se queda ahí parada...?
-Es que como no vi a su Ramiro por el jardín, pensé que....
Clementina le interrumpió y le dijo cómplicemente:
-¿Que estábamos haciendo un gurí?. Anastasia rió. -¡Más quisiera yo!
-exclamó Clementina- Pero el Ramiro...-un rictus de preocupación
invadió su rostro. Sus palabras se apagaron junto con el quemador de
la cocina. -Vea -le señaló a Anastasia- se terminó la última garrafa.
Clementina se dejó caer pesadamente en la silla más cercana e invitó a
Anastasia con una mirada a imitarla. -Pero cuénteme... -se animó a
decir -¿Ud. no habrá venido a estas horas a preguntarme por mi
Ramiro...? -inquirió.
-¿Su Ramiro?. –repreguntó con suspicacia Anastasia. -¡Mi marido!.
-exclamó tajantemente.
-¿Su marido?. -replicó con sorpresa Clementina.
-Es que no ha vuelto a casa anoche...-le anotició Anastasia sin más
trámite. Con los ojos dolientes alcanzó a agregar: -Me entiende..., no
volvió, y nunca me ha hecho una cosa así...
-Dios me libre hacerla sufrir de esa manera -la consoló como pudo.
-Que raro...pensó para sus adentros.
-Por eso quise venir hasta aquí y preguntarle a su Ramiro si sabe
algo...
-¿Mi Ramiro ?. -se interrogó a si misma. -Pero si todavía no se ha
levantado... -afirmó avergonzada.
-Su Ramiro...¿sigue en cama? -se extrañó Anastasia. Sabía que aquello
le significaba que el buen cristiano se había agarrado una gran
borrachera.
-Ya mismo lo despierto y le pregunto de una buena vez que anduvo
haciendo anoche.
No había dado ni media vuelta cuando desde la habitación se vislumbró
la figura del susodicho. Ramiro Gutiérrez, su concubino. Tenía los
pelos parados pero su rostro lucía distinto. Se apreciaba una sonrisa
impertinente. La misma que se había dibujado mientras dormía. Era
raro. Jamás se lo había visto de esa manera. -¿De qué podía estar
alegrándose el muy cretino? -pensó Clementina.
Clementina se adelantó con premura. Por otro lado quería agarrarlo
sólo. Tampoco era cosa de estar ventilando algún entuerto.
-Óigame Ud -le dijo seriamente, para increparle luego -¿Anduvo de
copas anoche que no se ha podido levantar a una hora decente?.
Clementina sabía que su marido podía haberle dado vuelta la cara de un
revoleo sin que mediara aviso previo. Por un momento se arrepintió.
Igualmente insistió desafiante con la mirada.
-Viejita...-respondió dulcemente Ramiro. -De ahora en má' no tiene por
qué preocuparse. Entonces fue cuando se le acercó y la levantó por la
cintura con la ligereza con que se arranca una flor silvestre. Era un
hombre muy fornido, pero como todos los hombres de Villa Achala, algo
lento de entendederas. Así, sosteniéndola en el aire, comenzó a darle
vueltas descerrajando grotescas carcajadas.
-¡Esta loco! -exclamó asustada Clementina. -Bájeme de una buena vez.
-¡Por Dios! –exclamó. -Si todavía debe estar bebido...
Ramiro continuaba riendo y no demostró el menor interés por las
ofensas de su concubina. Hasta que por fin la bajó, y estampándole un
beso en la frente le dijo: -Viejita, he hecho la cosa má' importante
de mi vida. -¿Me entiende?. Clementina no podía salir de su asombro.
-¿Escuchó bien lo que le dije? -quiso asegurarse- ¡lo má' importante
de mi vida! -e insistió una y otra vez vociferándolo a los cuatro
vientos.
-Cállese un poco -le chistó Clementina, dándole a entender que no
estaban solos. Allí fue cuando él se asomó a la cocina y la vio.
Anastasia estaba de pie, impertérrita, con un inusual vestido negro
que se fundía con los cacharros quemados apilados tras sus espaldas.
-¡Anastasia!- le gritó. ¡Que sorpresa! -agregó desorbitado y a
carcajadas. -Está Ud. también invitada a la fiesta ¡ehhhh!. -¡Todos
están invitados carajo!. ¡Será la mejor fiesta que se halla dado en
Villa Achala! -añadió risueñamente. -Por que Ramiro...-se dirigió
seriamente a las dos mujeres- ha hecho la cosa má' importante de su
vi...,-se vio obligado a hacer una pausa. A las dos mujeres le pareció
como que regurgitaba algún refrito, para enseguida volverlo a tragar.
Recuperado, continuó fervorosamente.
-¿Entienden? ¡Lo má' importante de mi vida!. Exclamó otra vez
desencajado y volviendo a reír. Ramiro permaneció así por unos
segundos hasta que pudo ver el temor reflejado en el rostro de las dos
mujeres. Entonces se sentó y por fin se calmó.
-Viejo -le susurró Clementina. -¿Que es eso que ha hecho Ud. que es
tan importante?. Esperó un instante en vano, luego buscó el apoyo de
la incólume Anastasia y aseveró: -Nosotras estamos preocupadas por el
Cecilio... -¿Sabe Ud. algo del Cecilio? -le suplicó.
-No ha vuelto a casa anoche...-sollozó Anastasia.
-¿El Cecilio no ha vuelto? -se extrañó Ramiro, para luego mirar hacia
uno y otro costado, como negando la nueva. -Pero si yo estuve con el
Cecilio en...-se detuvo. Esta vez no tragó nada. Las dos mujeres se
percataron que lo había hecho adrede. Al fin y al cabo, siempre le
había costado mucho más enlazar un pensamiento... que pialar algún
potro en el descampado.
-Dígame en dónde estuvo con el Cecilio... -le asestó Anastasia con
desesperación. -Dígamelo por el amor de Dios...- le imploró.
Ramiro palideció. Todo el esperpento de su recia humanidad pareció
extinguirse, como la iglesia una semana atrás, dejada de la mano de
Dios. No sin poco esfuerzo al fin tartamudeó. -En el boooliche...dónde
carajo si no.-hizo otra pausa y reafirmó:
-Como que soy hijo de Anacleto Gutiérrez.... le juro que le dejé en el
boliche nomá'. Y miró nuevamente hacia los dos costados, ahora para
buscar afanosamente el consentimiento de las dos mujeres.
Anastasia rompió en llanto y salió corriendo presurosa. Apenas
Clementina pudo atinar a decirle algo como para intentar retenerla.
-Déjela -le gritó Ramiro. -Seguro que el Cecilio se fue de putas a San
Ignacio, como siempre...-y con una sonrisa anunciada concluyó. -A esta
hora debe estar amaneciendo...-y entonces rió, pero de una manera
distinta.
Clementina se resignó. Cerró bien la puerta. Un aire caliente venía
del pedregullo de cuarzo de la calle que hacía aún más insoportable el
ambiente. Buscó entonces el mechero a kerosén. Lo encendió en silencio
y puso la pava. -Se terminó la garrafa- aseveró de espaldas a Ramiro.
Ramiro no tenía ya esa sonrisa dibujada. Permanecía quieto, muy
quieto, con la mirada perdida en la ventana. Clementina le cebó un
mate amargo y aguardó su aprobación. No dijo nada.
-Viejo -se animó a hablarle. -Dígame de una buena vez... ¿qué es eso
que ha hecho Ud. que es tan importante? -le interrogó con cautela.
-Ahhh -contestó Ramiro, interrumpiendo su alocución con el lamento del
ruido a vació del mate amargo. -No, si, eso que le dije- continuó
buscando infructuosamente más infusión.
-Si, eso, -le increpó Clementina, un poco cansada ya de tanto
misterio. -¿Pero qué carajo hizo?
Ramiro le tendió el mate y al mismo tiempo la tomó por el brazo y la
sujetó con una fuerza patriarcal.
-Eso que le he dicho mujer. Que su Ramiro ha hecho la cosa má'
importante de su vida...Clementina insistió.
-Si, pero... ¿qué ha hecho Ud. que es tan importante?. -le repreguntó
implorándole que le explique de una buena vez de que se trataba todo
aquello.
Allí fue cuando Ramiro se enfureció. Arrastró con el brazo de ella el
mate a medio cebar hasta arrojarlo fuera de los límites de la mesa.
-¡Eso carajo!. -le gritó, y se lo repitió una y otra vez. Luego cayó
en una gran desazón y se puso a llorar, astillando su cara contra la
mesa. Y entonces comenzó a balbucear.
-¡Mierda que no me puedo acordar!. -¡He hecho la cosa má' importante
de mi vida y no me acuerdo que carajo!.
Una y otra vez Ramiro continuó vociferando con que no se acordaba que
era lo que había hecho. Y lloró, y maldijo su suerte mil veces. ¿Cómo
era posible que su Clementina no pudiera entender que él había hecho
la cosa más importante de su vida y que no podía recordarla?. Y así
permaneció hasta que se reincorporó y nuevamente fijó su mirada
perdida en la ventana.
Clementina no supo que hacer. Nunca había visto así a su concubino. No
era hombre de tomar mucho. Y si alguna vez había regresado medio
bebido, era improbable que la borrachera le siguiese hasta entrado
bien el día. Tampoco era hombre de fabular. Entonces no tuvo más
remedio que contenerlo. Le recostó la cabeza en su pecho, lo abrazó, y
le dijo al oído: -Tu Clementina te cree...-y trató de consolarlo aún
más. -Ya te vas a acordar -e insistió acariciándole esos pelos
parados. -Te juro que te vas a acordar.
Habrían permanecido no más de treinta minutos. Así, el uno junto al
otro. Clementina instándole a que reconstruyese cada cosa que había
hecho anoche. Ramiro, colaborando con sus limitaciones conocidas. Lo
que no podía entender aún ella era cómo sabía él que lo que no
recordaba haber hecho era lo más importante que había hecho. Lo cierto
es que Ramiro sólo sabía lo que sabía. Clementina consideró entonces
que lo mejor era esperar a que su concubino se olvidara de lo que se
había olvidado.
En Villa Achala dicen que Ramiro Gutiérrez enloqueció. Que desde que
la iglesia se quemó, no han parado de sucederse las tragedias. Hace ya
una semana que Cecilio apareció muerto, acuchillado. La policía se
llevó enseguida a Ramiro. Los habrían visto salir juntos aquella
noche, al decir de unos parroquianos. Anastasia declaró en su contra.
Dijo que aquella mañana vio a Ramiro como enajenado. Que no quiere
recordar lo que no le conviene. Que estaba borracho y que de seguro
liquidó a su marido. El oficio es terminante: "el imputado dice haber
hecho la cosa más importante de su vida pero no recuerda que fue lo
que asegura haber hecho..." y prosigue para concluir "...y puesto que
lo único importante en Villa Achala al momento de estas actuaciones ha
sido el asesinato de Cecilio Narváez, se dicta el procesamiento de
Ramiro Gutiérrez, quien se presume..." y luego continúa con todas las
de la ley.
Clementina va al calabozo todos los días. Le lleva algunas verduras y
un poco de carne en estofado. Luego, a la tarde, comienza a cebarle
mate, lo propio hace con el comisario, el cabo, y los dos oficiales.
Regresa a la casa y se va para la iglesia. Es una de las voluntarias
de la reconstrucción. Allí se encuentra con Anastasia. No se hablan.
De San Ignacio llega un juez de paz. Dice que hace una semana un tal
Ramiro Gutiérrez se le apersonó. Ahora Ramiro se levanta al amanecer.
Ya no tiene problemas con su memoria, pero eso sí..., por ningún
motivo quiere que le recuerden a Anastasia.
5
 2001 Verónica Malpeli
Todos los derechos reservados

  • ZAKON O ZAŠTITI OSOBNIH PODATAKA (UREDNIČKI PROČIŠĆENI TEKST
  • J HELI HERNANDEZ PHD REVISED JANUARY 2002 OFFICIAL ADDRESS
  • ARCHITECTURAL PROCESSING AND INSPECTIONS FOR HOME MORTGAGE INSURANCE DIRECTIVE
  • APRUEBAN LA DIRECTIVA Nº 0232004MIMDES LINEAMIENTOS PARA LA GESTIÓN
  • JUEGOS DE PRESENTACION Nº JUEGO RESUMEN PÁG PTOS ANTES
  • EL TELORION PERMITE UN ACCESO FÁCIL A UN MODELO
  • ETISKE RETNINGSLINJER FOR FOLKEVALGTE OG MEDARBEIDERE I KRØDSHERAD KOMMUNE
  • FORMULARI DE COMUNICACIÓ SOBRE LA GESTIÓ DE RESIDUS D’EQUIPS
  • GETTING FULLTEXT ARTICLES VIA OARESUMMON AND OAREGOOGLE SCHOLAR
  • ESTABLECER LA RELACIÓN “MÁS Y MENOS” EN CADA
  • ZARZĄDZENIE NR 1921 WÓJTA GMINY WOLA KRZYSZTOPORSKA Z DNIA
  • EINLEITUNG FÜR KURZFASSUNG DAS GLOBAL STONE PROJEKT DAS GLOBAL
  • TEACHER REVIEWER SLO TITLE DATE
  • PREDLAGATELJ ŽUPAN PREDLOG NA PODLAGI 101 ČLENA POSLOVNIKA OBČINSKEGA
  • X FINANCIAL REGULATION AND SUPERVISION DEVELOPMENTS DURING 200001
  • 12092020 TRIBUNAL SUPREMO SALA TERCERA DE LO CONTENCIOSOADMINISTRATIVO SECCIÓN
  • MINNESANTECKNINGAR FRÅN MÖTE INOM NVF 41S 20031021 VVPRODUKTION SOLNA
  • ZAŁĄCZNIK NR 8 DO ZARZĄDZENIA NR 6622017 REKTORA PB
  • ESPACIO PÚBLICO IGUALDAD Y CIVILIZACIÓN ENRIQUE PEÑALOSA AGOSTO 2005
  • OCTUBRE DE 2015 NORMATIVA E INFORMACIÓN DE INTERÉS PARA
  • INSCRIPCION PROVISIONAL POR CLUBES CN ALAMEDA 50 MARIPOSA MASCULINO
  • [MSGRVSPMR] MANAGEMENT SERVER TO RELAY SERVER GROOVE SOAP PROTOCOL
  • ᄃ O BTÉN LOS 10 PRIMEROS MÚLTIPLOS DE 6
  • ZAŁĄCZNIK NR 3 DO SIWZ FORMULARZ CENOWY SUKCESYWNE DOSTAWY
  • PLEASE USE THIS TO RECORD WHAT HAS BEEN TRIED
  • PROCEDURY WEWNĘTRZNE PUBLICZNEJ SZKOŁY PODSTAWOWEJ NR 2 IM POLSKICH
  • 20 JUNE 2003 MEMORANDUM FOR SEE DISTRIBUTION SUBJECT PAYMENT
  • RECREATIONAL TRAILS GRANT PROGRAM 2015 GENERAL INFORMATION AND
  • NORM KADRO FAZLASI ÖĞRETMENLERİN ATAMA İŞLEM TAKVİMİ KADROLU ÖĞRETMENLER
  • INCIDENT REPORTS FUNCTIONPURPOSE AN INCIDENT REPORT IS NOT PART