Cerdos Piñas Y Otros Mortales Cada Día Mueren 150000

cerdos, piñas y otros mortales cada día mueren 150.000 mortales humanos en el mundo. sabemos que la vida es un accidente cósmico pero, ¿qué

Cerdos, piñas y otros mortales
Cada día mueren 150.000 mortales humanos en el mundo. Sabemos que la
vida es un accidente cósmico pero, ¿qué es la muerte? La misión es
averiguarlo.
Se ha elegido al azar a un mortal humano a punto de morir, lo
llamaremos señor Joan. Ahora está dormido, no muerto.
“Tinc 87 anys”
El año es una medida humana estándar de tiempo. El mortal humano medio
de esta región muere transcurridos 78 años.
Desafiando las estadísticas, el señor Joan sigue vivo, pero todo
indica que hoy puede ser su último día.
El día también es un medida temporal humana, pero de mayor precisión.
La fecha de la muerte es muy importante en la biografía de los
mortales humanos.
El día comienza en la cama para este mortal humano, después de un
descanso mental llamado dormir. Antes de levantarse siempre piensa en
como podría morir ese día.
Escribiendo una carta, comiendo en el restaurante, mirando la tele…
Si tuviera 17 años en vez de 87 sería un macabro.
Los mortales humanos jóvenes que no son macabros piensan en como
perpetuar la especie nada más despertarse.
A este mortal humano le crecen pelos en la cara, llamados barba. Este
crecimiento es un signo de regeneración celular, pero no de estar
vivo, ya que la barba, el pelo y las uñas siguen creciendo incluso
después de la muerte. Esto a veces provoca confusiones entre vivos y
muertos.
Los humanos mortales como este tienen un campamento base llamado hogar
y unos horarios para consumir alimentos que requieren ciertas
capacidades de previsión y planificación.
El plan de vida es un invento basado en la persecución de un objetivo
a largo plazo. Se considera que una persona puede morir cuando ya ha
completado su plan de vida. Para conseguir ser un mortal humano
longevo es aconsejable no excederse en la comida, controlar el exceso
de colesterol, evitar el alcohol y por supuesto las drogas.
“Aquesta és per la circulació de la sang”
Antes, los cerebros de los mortales humanos viejos eran los archivos
de la experiencia, pero por culpa de la imprenta y más tarde de
Internet, han perdido esa función. Aunque los periódicos sean sus
enemigos, los mortales humanos viejos deben recurrir a su sección de
necrológicas para saciar la curiosidad por la muerte ajena.
“estic mirant i veig que només n'hi ha un de més gran que jo, que els
demés tots són més joves”
El señor Joan a parte alimentar su propio cuerpo alimenta también el
cuerpo de otros mortales más pequeños y de otra especie llamados
gallinas. Si hoy hubiera muerto, las gallinas acabarían muriendo de
hambre. Aunque comer puede matar, no comer es más mortal no solo para
los humanos, sino también para las gallinas y para cualquier otro
mortal sea de la especie que sea.
Así como el señor Joan piensa mucho en su propia muerte, las gallinas,
no tienen ni idea que exista algo así. Tampoco saben que las matarán
cuando dejen de poner huevos.
“Gallina vella fa bon caldo”
Estos huevos y por extensión las tortillas que hace el señor Joan son
abortos de gallinas, es decir gallinas muertas porque no llegaron a
nacer. Dicen que el huevo es el origen de todo aunque hay una
enraizada discusión sobre qué fue primero, si el huevo o la gallina.
Este huevo con ruedas es propiedad del señor Joan, se llama vehículo
coche. Gracias a ellos mueren por sorpresa muchísimos mortales en toda
la tierra es lo que se llama una epidemia.
Sin embargo, los humanos mortales adoran los coches.
El señor Joan ha tenido tres accidentes de coche a lo largo de su
vida, ninguno de ellos mortal. Para conducir siempre tendría que
llevar gafas y un audífono, dos herramientas que corrigen los estragos
del envejecimiento.
También debería ponerse el cinturón de seguridad, una norma de
obligado cumplimiento. Pero, en cambio, solo lleva gafas y audífono
para renovarse el carnet de conducir una vez al año.
Y solo se pone el cinturón de seguridad si ve a la policía, lo que es
potencialmente más mortal que viajar sin cinturón.
La libertad individual es la base de la cultura punk, vive el presente
porque puedes morir en cualquier momento.
Cuando nació el movimiento punk, el Sr. Joan tenía un estilo de vida
más bien conservador. No era promíscuo, no se agujereaba las orejas
con alfileres, tampoco bebía litronas de cerveza ni bailaba dándose
codazos.
“En a mi quan canta el que més m'agrada és el Julio Iclesias”
El intrépido del señor Joan no sabe quienes eran los Sex Pistols, pero
conduce por la carretera como si supiera que hoy es el último día de
su vida. No hay nada más punk que este mortal humano envejecido
conduciendo sin gafas, sin audífono y sin cinturón de seguridad.
El mortal humano punk ha cogido su vehículo coche para ir al bosque.
El bosque es una superfície llena de árboles, en este caso árboles
pino. Los árboles generan oxígeno, básico junto a la ingesta de
alimentos para la supervivencia del mortal humano. El objetivo aquí es
recoger piñas. La piñas secas son las flores muertas de los pinos.
Dentro de las piñas hay piñones, que son las semillas que harán nacer
nuevos pinos, más o menos como los huevos de las gallinas. El señor
Joan truncará el ciclo natural del árbol pino secuestrando a sus
hijos, para llevárselos a casa.
Cuando tenga la bolsa llena de piñas ya tendrá combustible para hacer
fuego, así se habrá ganado la comida del día de hoy.
Los horarios son imprescindibles en la organización de la ingesta de
alimentos comestibles. Es la hora de comer.
“És molt bona la carn d'olla, eh?”
Este plato de trozos de cerdo muerto produce mucho placer al mortal
humano. El cerdo muerto es muy apreciado por los mortales humanos en
contraposición con el aprecio que se le tiene al mortal cerdo cuando
está vivo.
Está formado por oreja, morro y pie, todos de cerdo y algunas patatas.
El consumo excesivo de carne de cerdo rica en grasas saturadas induce
a la muerte. Comer así es una forma de suicidio lento.
Cada día se interrumpe el proceso de envejecimiento natural de
millones de mortales cerdos.
El señor Joan ha consumido 8.234 cerdos a lo largo de su vida. Los
humanos mortales jóvenes también lo ingieren pero en un formato menos
explícito.
Es evidente que los mortales humanos jóvenes quieren olvidar la
epidemia de la muerte del cerdo.
Los mortales humanos muertos no se comen como los cerdos. Ya no tienen
plan de vida ni viven en hogares sino en habitáculos rectangulares más
pequeños con otros vecinos mortales humanos muertos. Su cuerpo
descompuesto se guarda aquí con el nombre en la puerta para que los
puedan visitar. Es más barato que vivir en pisos.
Los mortales elefantes también mantienen el recuerdo de los familiares
próximos fallecidos, y, cuando vuelven a pasar por la zona donde
murieron, se acercan a los huesos.
Mi mortal humano se comporta como un mortal elefante ante los huesos
de su mujer y sus amigos.
Creo que se da cuenta que solo queda él. Y lo que es peor, que cuando
él muera también morirá lo único que queda de sus mortales humanos
queridos, su recuerdo.
“No en tinc cap de por a la mort, l'única cosa que tinc por és d'haver
de patir per morir-me. Però penso que hi ha algo que ningú pot arribar
a comprendre del que hi ha més, però que té que haver-hi algo més crec
que sí.”
Como su plan de vida está acabado, este mortal humano entrañable solo
tiene alimentos para esta cena en su nevera. Será la Última cena del
Sr.Joan, un ágape que otros mortales humanos famosos ya celebraron
antes de morir.
Esto, siempre que el señor Joan no se salga del guión y no resulte ser
el mismísimo Jesús o Superman, ambos inmortales humanos. Esto haría
que esta fuera, no la Última, sino una cena más. Pero no puede ser,
este fuego es la evidencia del ciclo de la naturaleza:
La piña, que alberga las semillas del árbol pino, que vendría a ser el
huevo de la gallina, es decir el principio de todo, de donde nacerían
nuevos árboles pino o gallinas o lo que sea; está a punto de ser
consumida para producir fuego para cocinar un trozo de cerdo muerto
que servirá de alimento para que el señor Joan pueda seguir viviendo.
La muerte es el fin de un ciclo. Ser un mortal humano, a diferencia de
las gallinas, los cerdos, los árboles pino o los vehículos coche,
significa tener conciencia de la propia muerte. Miles de mortales
humanos mueren en este mismo instante. Centenares de elefantes lloran
al pasar cerca de los huesos de sus familiares. Los recuerdos de
generaciones enteras desaparecen ahora mismo. Ahora que justo había
empezado a conocer a este mortal humano envejecido vividor y comedor
incansable de cerdos muertos.
Creo que no estoy preparada para el encargo de documentar que es la
muerte en un mortal humano, y menos la suya, por muy envejecido que
esté y por muy acabado que esté su plan de vida. Por mucho que él lo
haya aceptado y haya disfrutado de su última cena. Aunque no haya
elefantes que vayan a llorar su pérdida, aun así, no me gusta este
final.
“Bon dia”