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LA MUJER
Mujeres periodistas
La voz de la Mujer
Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital
Las mujeres periodistas y los periódicos de mujeres datan desde 1830,
el periódico La Voz de la Mujer apareció en 1896.
Un periódico de mujeres: La Voz de la Mujer
Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital
1º de febrero del 2007
Escribir sobre un periódico de mujeres, para una mujer, es una
satisfacción… y más si nos remontamos a la Voz de la Mujer, el primer
periódico comunista anarquista, que nada tenía que ver con las
publicaciones de sufragistas, feministas y otros.
Por el contrario, La Voz de la Mujer fue un periódico político
realizado por mujeres que se repartía en la clandestinidad y cuyo
muchos de sus artículos no tienen firma, título u otros.
Atacaban al sistema, algo bien diferenciado de las otras publicaciones
que se pueden rastrear desde 1830 en adelante.
La Voz de la Mujer apareció en 1896, el número 2 es del 31 de enero de
1896 y en el encabezado sostiene: ¨Aparece cuando puede y por
suscripción voluntaria¨, Periódico comunista anárquico, Dirección A
Barcla, Casilla de Correo 1277, Capital Federal.
El eslogan del periódico era "Ni Dios, ni patrón ni marido", en él se
escribía acerca de las injusticias en contra de las trabajadoras, es
el primer órgano informativo con tendencia feminista-anarquista que
circuló entre las mujeres trabajadoras. Esta diferencia es esencial,
es el primer periódico destinado a las mujeres laboriosas, no a las
clases medias, con un planteo político claro, los otros medios al no
cuestionar el sistema imperante no daban una salida clara a la
problemática de la mujer, esto se desprende de sus editoriales,
trabajos y redactoras.
Algunos aspectos de sus testimonios resultan relevantes y llenos de
emotividad, vida y compromiso, otro de los aspectos esenciales es que
siempre fueron INSURGENTES ante cada realidad injusta verificada.
Fue la primera publicación anarquista escrita por mujeres en América
Latina, se alinearon con la filosofía comunista libertaria de
Kropotkin, Eliseo Reclus y otros, se vinculó a los grupos
revolucionarios obreros, o sea, se declaró esencialmente
anticapitalista. Este periódico, como afirmamos más arriba fue
clandestino o semiclandestino, esto hizo que redactoras, responsables
de edición no se conozcan. Se sabe o deduce que las mujeres que
participaron fueron en su mayoría inmigrantes: españolas e italianas
relacionadas con el movimiento anarquista de sus países.
Lucidez, planteos radicales, censoras feroces, entregar una
perspectiva como mujeres trabajadoras y de fuerte críticas al orden
social establecido y las instituciones que las mantenían sojuzgadas.
Fueron unas adelantadas se dice desde un trabajo de M- Genofonte, ¨La
Campana * la sabiduría que desplegaron mostraron en sus escritos un
adelanto de 70 años o más a las críticas más certeras que el
movimiento feminista haya hecho nunca.
En el Editorial del primer número expresaban sus ataques y la raíz de
sus males: ¨la autoridad, bajo todas sus formas, pero esencialmente la
teológica (Dios), familiar (marido y padre), la económico-social (amo
y capital) y los esquemas ideológicos de la burguesía (orden
coercitivo y policial, represión sexual, etc.) Afirman que la libertad
para las mujeres sólo llegará cuando ellas se desembaracen de esos
indignos amos y, por tanto, que un movimiento revolucionario sólo lo
será realmente si afronta desde el primer momento la lucha contra
ellos¨.
En uno de sus números se narraba la historia de una mujer indígena que
había sido raptada por un criollo. En el cual, luego de dieciséis años
de cautiverio de la mujer india, se comentaba que esta mujer india no
había aprendido nada de lo que el criollo le había querido ¨enseñar¨,
se había resistido a cambiar sus costumbres, necesidades espirituales,
sus creencias. En forma irónica y burlona las periodistas de La Voz de
la Mujer hablaban del raptor, el criollo que no podía comprender la
actitud de la mujer india. Este se había adueñado de la india, luego
de concluida la Conquista al Desierto comandada por Julio Argentino
Roca en 1879. Este criollo no podía comprender cómo luego de tanto
tiempo, la indígena no hubiera asimilado las ¨enseñanzas impartidas¨.
La Voz de la Mujer se mofaba del secuestrador, lo criticaba duramente
porque no percibía que esta mujer extrañara su gente, su comunidad,
quien había sido su familia, su identidad, la cual no podía
arrancarse, por más evangelización y supuestas enseñanzas impartidas
por el colonialista.
El ¨incomprendido criollo¨ era Fossa, Este criollo, sostenía la
publicación: ¨no había podido hacerle entender a nuestra indígena de
los misterios de la cultura dominante¨, y continuaba: ¨Figúrense
nuestras queridas lectoras que el caballero Fossa está civilizando a
una india, mujer de edad ya, la cual (cosa increíble y que hasta
parece mentira) a pesar de los 16 años que lleva de estudiar en
la…tina de lavar la mugre del caballero Fossa, ¡¡no ha aprendido ni la
O por larga!! ¿Verdad que después de 16 años de lavar patios y ropa,
de cebar mate y chanchos, de cocinar, de pasar hambre, y de llevar
cachetadas (parece mentira) no pueda un indio aprender la O?.
La redactora de la Voz de la Mujer se burla de los preceptos y las
formas dominantes de la cultura que se impusieron con la generación
del ´80. Los efectos y consecuencias que dejó esta tercera Conquista
al Desierto con más de 20.000 indios muertos. Miles deambulando,
esclavizados, perdiendo sus lugares, mujeres, como esta india dedicada
al servicio de un amo.
Algunas reflexiones
Destacar a estas mujeres que incursionaron en el periodismo, la
composición literaria y periodística, la historia, el rescate de las
luchas es una necesidad de no perder la memoria colectiva, la
identidad y la historia de las luchas. Ellas elaboraban y escribían en
nombre de otras que estaban sujetas, como la protagonista india. Sus
plumas fueron sus armas contra la opresión, fueron las espadas que
blandieron por la libertad, de ellas y de todas las esclavizadas,
explotadas y oprimidas. Por ende, partían de la información y
utilizaban el medio periodístico donde combinaban la información, la
noticia y su tarea de ser artífices de desnudar a los poderes
opresores. Su práctica fue una vida militante, no fue desde un lugar
de enfrascamientos intelectuales, palpaban el contexto en que vivían y
daban testimonio. Por otro lado, vivieron clandestinizadas, porque la
persecución fue parte de sus realidades.
La disputa fue descarnada, fue la tarea acuciante de desnudar que el
ámbito privado era una forma de relegar a la mujer, de sumergirla,
ocultarla social y políticamente. Estas historias de mujeres plasman
que el ámbito privado: la casa y la familia fue un espacio impuesto
por la sociedad patriarcal. Pero no sólo fue su lugar, aunque millones
de mujeres se avinieron a esta coacción y otras, estas historias
muestras la rebelión, el enfrentamiento, las victorias y derrotas que
conformaron la puja por mostrar que estos no son los preceptos
esenciales de la mujer.






