Libertad Y Responsabilidad La Estatua De La Libertad Domina

libertad y responsabilidad la estatua de la libertad domina la desembocadura del río hudson y se erige como símbolo no sólo de eeuu sino ta

Libertad y responsabilidad
La Estatua de la Libertad domina la desembocadura del río Hudson y se
erige como símbolo no sólo de EEUU sino también del valor supremo de
la civilización occidental, la libertad. ¿Pero, no deberían haber
construido también un monumento, en el otro extremo del país, dedicado
a la responsabilidad. Un monumento para dar respuesta a los que no
piden nada? Con esta metáfora, que surge del libro El hombre en busca
de sentido, de Victor Frankl, se define la relación entre libertad y
responsabilidad, en la que la mayoría de las veces la primera domina
sobre la segunda. Dialéctica que centró uno de los espacios de
conversación de las jornadas, bajo el título de “La veu de l’altre:
llibertat i responsabilitat”.
El taller, coordinado por Montserrat Alguacil de Nicolás, Jordi
Canelles y Josep Muñoz, reflexionó sobre cómo podemos ser libres desde
la responsabilidad y responsables desde la libertad. Una
responsabilidad que no pueden eludir los docentes: “La educación
empieza cuando se establece una relación ética, es decir, cuando se
oye la voz del otro. La voz del alumno llama al profesor, al maestro,
al educador en general, a dar respuesta sin esperar nada a cambio.
Este escuchar al otro, saber qué me quiere decir y dar respuesta es lo
que se entiende por responsabilidad”, definen. Su propuesta de
educación en valores se basa, precisamente, “en una ética de la
responsabilidad, que nos permite ser libres. Entendemos que somos
libres porque somos responsables y no al revés, ya que no somos libres
para dejar de ser responsables”. “La libertad se construye éticamente
desde la responsabilidad”, presentaron como hipótesis, que no como
conclusión.
Los integrantes del grupo quisiseron dejar muy claro a los numerosos
docentes que asistieron al taller que, en ningún caso, venían a
ofrecer conclusiones: “Concluir se relaciona con cerrar. Con esta
charla, pretendemos abrir espacios de reflexión, abrir nuevas miradas,
encontrar nuevos territorios. No hace falta que nos pongamos de
acuerdo”, argumentaron. Su intención, insistieron, era conversar y no
convencer, lo que ilustraron con una cita de Miguel Morey: “Pensar se
parece mucho a conversar con uno mismo. Tal vez por ello conversar -ni
dialogar, ni debatir- se parece tanto a pensar en común”.
Para encontrar ejemplos de responsabilidad, que no modelos a seguir,
puesto que lo que se busca desde la ética es el testimonio y no la
imitación, el grupo recurrió a la literatura, uno de sus grandes
referentes. Montserrat Alguacil citó la novela autobiográfica de
Albert Camus, El primer hombre, la última obra del escritor francés.
En el manuscrito, que fue hallado cerca del árbol donde se estrelló su
coche en 1960, recuerda con gran cariño la figura de un profesor que
se convirtió en su protector y despertó su amor por la literatura.
“Camus, que procedía de una familia pobre, recibió la ayuda de un
maestro. Es una buena muestra de la responsabilidad de la que
hablamos. Porque entre profesor y alumno se estable una relación
ética. Y es que ser responsable es ser capaz de dar respuesta a las
demandas del otro. ”, destacó Alguacil.
Este testimonio sirve para definir lo que es la responsabilidad en la
relación educativa. “Entendemos por ética, la relación que
establecemos con el otro en respuesta a su llamada, a su demanda de
necesidad. No hay ética sin relación. Sólo aparece la ética cuando a
Robinson se le aparece Viernes, de lo contrario lo que hay es un
conjunto de normas morales que hace falta respetar y cumplir”, explicó
Jordi Canelles, otro de los coordinadores del espacio.
Alumnos responsables
Pero, cómo aplicar estos conceptos en la escuela o en la sociedad
actuales, donde el valor supremo es la libertad individual,
glorificada desde todos los ámbitos. “Hacerse mayor significa asumir
su capacidad de decisión. Así, en el momento que uno es responsable de
sus actos, tiene la capacidad de tomar decisiones, por tanto es en ese
momento cuando aparecen ámbitos de libertad”, explicaron. Y añadieron
una definición que ayuda a la reflexión en los tiempos actuales,
dominados por los niños llave, que llegan al domicilio familiar y
abren con su propia llave porque no hay nadie que les vaya a buscar al
colegio ni les espere en casa: “No se hace grande el niño que ya es
capaz de quedarse solo, sino el que es capaz de quedarse solo en casa
y hacerse cargo de su hermano pequeño. Se hace responsable éticamente,
y por tanto libre, quien se hace responsable del otro”.
También se habló de la dificultad de encajar la figura del alumno
responsable en el funcionamiento de la escuela. “En nuestra actividad
como educadores, ¿qué espacios facilitamos para que niños y jóvenes
ejerzan su responsabilidad profunda y no sólo formal?, ¿qué espacios
creamos para fomentar la libertad responsable?, ¿Hasta qué cierto
punto nos asusta llevar a fondo estos conceptos en nuestras prácticas
educativas y no sólo admitir ciertos discursos y posiciones
formalistas? Si los alumnos son responsables, también pueden
participar en la toma de decisiones del centro”, reflexionó Canelles.
Valores en el claustro
Los docentes se mostraron muy interesados en la propuesta del grupo,
especialmente en la necesidad de introducir el concepto de educación
en valores no sólo en la relación maestro-alumno sino especialmente
dentro de los claustros y, por tanto, de abrir nuevos espacios para la
reflexión y la conversación. “En la actualidad, los profesores
hablamos mucho de si los niños aprenden matemáticas o del currículum,
pero no de valores. Deberíamos hablar de ética más a menudo”, dijo uno
de los asistentes al taller.
La defensa que los docentes hacen de la ética, sirvió a los
conductores del espacio de conversación, para dejar claro que no creen
que exista la tan cacareada crisis de valores: “La educación siempre
tiene valores”, defendió Canelles. Unos principios que no existen como
categoría sino encarnados en personas. “No existe la libertad y no
existe la responsabilidad”, razonó, “sino que lo que existen son actos
de libertad y actos de responsabilidad”.
Josep Guitart